Estudio introductorio y comentario de Remedios Maurandi Guirado, es una obra sin duda fundacional del Trabajo Social: seguramente una de las profesiones más hermosas del mundo. Su autora, la pionera americana Jane Addams, y una de las figuras más nobles de América, hizo realidad que el estado moderno asumiera la responsabilidad de afrontar en sus políticas sociales los desajustes que deterioran nuestra dignidad como seres humanos. En este momento mágico de la historia en la que se estaba perfilando el horizonte geopolítico de nuestro tiempo Jane Addams comenzó a construir el Trabajo Social como una experiencia social comunitaria de Chicago, donde convivían las mejores cabezas pensantes de uno y otro lado del Atlántico, con los inmigrantes que construyeron y al mismo tiempo sufrieron la industrialización.
Hermanando ética y política, intervención directa y planificación de políticas sociales, reflexión intelectual y praxis cotidiana, en una comunidad vecinal que se nos presenta atravesada por todos los acontecimientos clave que construyeron el mundo contemporáneo: desde la Revolución Rusa al protagonismo de las mujeres aún sin derecho al voto, las leyes primeras de protección al trabajo infantil, la igualdad social de personas de color, o la creación de conciencia cívica a favor de la paz. Esta obra, casi autobiográfica, es un meditado diálogo de la autora consigo misma y su tiempo en una larga “Ficha Social” de 20 años en la que de las “Historias de Vida” nos muestran cómo saber y hacer, pero también hacer y saber como algo inseparable: “Un modo de vida”. Es un actualísimo manual (en plena crisis) de cómo enfrentarnos a la desigualdad.
Laura Jane Addams (Cerdeville, Illinois, 1860-1935), huérfana de madre desde los tres años, y de permanente mala salud, tuvo en su padre, estrecho colaborador de Lincoln, un referente moral insobornable. Él moldeó su infancia dándole una educación exigente, y rica en conocimiento e intereses, conocedora del mundo clásico y de la cultura europea del momento, lectora apasionada de Tolstoi e impresionada por los avances sociales de la Inglaterra Victoriana, proyecta su trabajo de la Hull House con Ellen Starr en 1889 inspirándose en el experimenteo inglés del ” Toimbee hall”. Fundó la primera Asociación de mujeres de color”. Sufragista y feminista convencida, crea y dirige la ” Liga internacional de las mujeres para la paz y la libertad”.
Doctora Honoris causa por la Universidad de Yale en 1931, y Premio Nobel de la Paz en 1935. Se la considera la fundadora del Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago. Fue pionera e impulsora del Trabajo Social como profesión pública y como disciplina universitaria. Llevó la metodología de Hull House hasta India y China . Escribió diariamente artículos en periódicos de la época, dió múltiples conferencias, fue requerida por sindicatos, empresas y gobiernos, como mediadora en la famosa huelga Pullman, contándose como amiga y consejera del presidente Roosevelt y su esposa. Chicago tiene una plaza y un jardín con su nombre. Se han escrito más de quinientas tesis y trabajos sobre su obra. En Zaragoza, y a propuesta del profesor Miranda, siendo alcalde J.A. Belloch, una calle lleva su nombre.
Entre sus obras destacamos “Democracia y ética social” (1902), “Nuevos ideales de paz” (1907), ” El espíritu de la Juventud y las calles de la ciudad” (1909), “Una nueva conciencia y un antiguo mal” (1912), “Paz y pan en tiempos de guerra” (1922).
El libro se presentará el próximo 22 de diciembre a las 19.00 horas en el Hemiciclo de la Facultad de Letras, Campus de La Merced.
Las páginas de este libro, de Francisca Moya del Baño muestran, ordenadas por obras y autores, todas las citas de textos clásicos que, en latín y griego, ofrece Quevedo en sus obras para apoyar o ilustrar sus ideas. El número y naturaleza de las mismas da cumplida cuenta de las lecturas de Quevedo. Se han localizado las ediciones que manejó o pudo manejar para cada una de las citas, se han completado las mismas, y se han corregido, en su caso, los errores o erratas que se habían mantenido. El conjunto de obras y ediciones de textos clásicos grecolatinos citados por Quevedo constituye lo que llamamos la “biblioteca clásica” de Quevedo; algunas ediciones estuvieron, con toda seguridad, en su mesa de trabajo, porque existen ejemplares que llevan su nombre y rúbrica, o en cuyos márgenes encontramos anotaciones manuscritas de don Francisco. El estudio realizado ofrece no poca luz al profundo y rico diálogo de Quevedo con sus libros y cuestiona algunas afirmaciones sobre el mismo.
Comentarios recientes